En la festividad de la Epifanía del Señor, se ha celebrado la Eucaristía de Apertura del XXIII Capítulo General, presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro y concelebrada por el vicario episcopal para la Vida Consagrada, P. Elías Royón, S.J., el P. Antonio Bellella, Cmf., y el Superior de la Comunidad de los PP. Agustinos de la Residencia Fray Luis de León.
El Cardenal, en su homilía, exhortó a las Capitulares con tres ideas fundamentales basadas en la festividad de hoy:
- Levantaos y resplandeced. No tengáis miedo ni os agobiéis.
- Vivid con pasión el hacer partícipes a todos de la Buena Noticia con la manera singular de vuestro carisma. Recordad vuestra historia, nacisteis en la sencillez y habéis dado mucha gloria a la Iglesia, seguid haciéndolo.
- Haceos una pregunta: ¿Dónde está Aquel que puede llenar el anhelo más profundo de vuestro corazón? Es la pregunta que hicieron los Sabios de Oriente, ellos salieron en su búsqueda siguiendo una estrella, no lo encontraron en Jerusalén sino donde hay amor, ternura, pequeñez. ¿Qué estrella necesitáis para que el Instituto siga en esta etapa de la historia dando vida? Entregaos a Cristo y dadle vuestra confianza.
Finalizó sus palabras con esta invitación: «Hijas de la Divina Pastora, levantaos, resplandeced, porque tenéis que anunciar el evangelio a todos los hombres, hacedles partícipes a través de la singularidad de vuestro carisma que el Señor regaló a la Iglesia por medio de vuestro Fundador».
En el momento de la Acción de Gracias, M. Sacramento Calderón, superiora general, dio gracias al Señor por su presencia y acción en la historia del Instituto, de un modo especial en este tiempo pre-capitular, expresando que hoy nos sentimos convocadas en nombre del Señor a ser partícipes de la Asamblea Capitular para buscar y decidir juntas su Voluntad sobre el Instituto. Y, siguiendo el ejemplo de nuestro fundador, Faustino Míguez, queremos mirar la realidad y, como mujeres del pueblo y para el pueblo, queremos dar respuestas a las necesidades de nuestro mundo.