M. Sacramento Calderón y M. Mª de la Villa han participado, junto a los superiores generales de las congregaciones que forman la Familia Calasancia, en varios actos conmemorativos con un especial sabor centenario a origen, a familia, a vida calasancia, a educación y a vocación.
En las distintas celebraciones que han conformado esta Jornada de la Familia Calasancia, se ha conmemorado el IV Centenario del reconocimiento de las Escuelas Pías como Orden Religiosa de votos solemnes, el IV centerario de la aprobación de las Constituciones de las Orden, el IV centenario de Memorial al cardenal Tonti, y se ha celebrado el Encuentro de la Familia Calasancia, la Fraternidad Calasancia y la apertura del Año Vocacional Calasancio.
Los actos han comenzado con una solemne eucaristía presidida por el P. Pedro Aguado, superior de la Orden, en la que se ha agradecido de una manera especial la vocación religiosa escolapia con la celebración de varias profesiones solemnes y temporal.
De seguido, en una paraliturgia, el P. Burgués ha compartido una reflexión sobre los milagros de Calasanz para terminar con una ofrenda ante la sepultura del Santo.
Dentro de la Jornada de la Familia Calasancia, D. José Beltrán ha entrevistado a varios jóvenes y a tres superiores generales, entre quienes se encontraba M. Sacramento. A ella le pidió compartir una alegría vivida en el Instituto en este tiempo de pandemia y un desafío que, como Congregación, tenemos que hacer frente en estos momentos.
Ha sido una celebración intensa. Una tarde de las que esponjan por dentro y dinamizan por fuera. Una jornada de agradecimiento por tanto don recibido (vocación, familia calasancia…) y de compartir la alegría de saberse amigos y discípulos del Señor Jesús. Al estilo de Calasanz. Y de los fundadores de todas las congregaciones que formamos parte del frondoso árbol de la Familia Calasancia.