En torno a esta expresión de San Faustino ha girado el encuentro internacional online en la Fiesta de la Divina Pastora.
M. Sacramento Calderón ha abierto la celebración dirigiendo unas palabras de acogida a todos los miembros de la Familia Calasancia de la Divina Pastora que, desde las distintas latitudes, se han unido al encuentro.
Desde la propia experiencia, con sencillez y hondura, acompañadas de la Palabra y las palabras personales, Dña. Almudena Chavero y M. María López (la primera, laica; la segunda, religiosa; ambas, calasancias) han ido desgranando el sentido de esta expresión y el significado profundo en sus vidas.
Con la cercanía propia de quienes son familia, nos han invitado a pasar por el corazón la experiencia con nuestras madres, con esa persona que es ternura, acogida, abrazo, donación, amor incondicional… con esa persona que, desde siempre, ha estado junto a nosotros y a quien siempre podemos acudir. Y, desde ahí, a reflexionar en la invitación a dar vida, a ser madres (y padres) de otros, bien desde la filiación biológica, bien desde el generar vida y corrientes de vida para otros.
Todo esto, acompañados de la Palabra. Esa Palabra que, a cada uno de los participantes, conmovió la entraña y amplió el horizonte en un momento concreto. Esa Palabra, la de Dios, que tiene el poder y la fuerza de transformar la vida entera, sin aspavientos ni grandes movimientos.
Hemos concluido el encuentro rezando juntos la Consagración a la Divina Pastora, expresando a nuestra Madre y Guía, nuestro deseo de caminar junto a Ella tras los pasos de Jesús.
Finalmente, M. Sacramento Calderón, se ha despedido de todos, agradeciendo y valorando lo que cada persona, desde sus cualidades y capacidades personales, aporta al carisma Calasancio, enriqueciéndolo y enriqueciendo las realidades en que el Instituto, a través de sus miembros, está presente.
Ha sido una tarde de encuentro entrañable. De fiesta real, de la que alegra el corazón. De la que anima a seguir caminando tras Jesús al estilo de Faustino, de la mano de María, nuestra Madre y Pastora, y acompañados por tantas y tantos calasancios que hay en el mundo y a los que hoy, una vez más, hemos podido ver a través de la pantalla.