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El confinamiento que vivimos a causa de la pandemia mundial por el COVID-19 no ha impedido que laicos y religiosas celebrásemos la Fiesta de la Divina Pastora y el Día de la Misión Compartida Calasancia.

Ha sido una fiesta que hemos venido preparando con cariño y sencillez durante los días previos en aquellas latitudes en que el Instituto tiene presencia.

Las actividades comenzaron en el Sector Argentina. Chile. Uruguay, desde donde nos sugerían unirnos para rezar la novena a la Divina Pastora. Así, día tras día nos han ido ofreciendo su propuesta de reflexión y meditación. Religiosas, laicos (jóvenes y mayores) y sacerdotes han animado la oración de cada día, presentando una petición distinta que, jornada tras jornada, ha ido abrazando a toda la humanidad.

Desde los colegios de España, que, de no haber suspendido la presencialidad, habrían celebrado el Triduo también durante estos días, nos invitaban a no dejarlo de lado, y participar en un Triduo a la Divina Pastora virtual. Todo ello con la participación y colaboración de las comunidades educativas, en especial de los niños más pequeños.

Por su parte, los jóvenes monitores del Movimiento Calasancio prepararon un original vídeo para conmemorar a nuestra Madre y Pastora y acercar a los niños y jóvenes la canción A ti, Divina Pastora.

Y con esta cadena de actividades llegamos al sábado de la Divina Pastora.

Alentados por las palabras de M. Sacramento Calderón en su circular para este día, el Instituto celebraba esta festividad con los ojos puestos, más que nunca, en María. En estos tiempos en que todos abrazamos la fragilidad, la vulnerabilidad y, por momentos, la desesperanza, hemos celebrado este día con el deseo de vivir en manos de Dios, confiados en Su bondad y en Su ternura. Como hizo María. Como podemos aprender de Ella.

Desde India, las jóvenes en formación sacaron en procesión a la Divina Pastora por el jardín y las instalaciones de la casa. Fue el mejor homenaje que, desde la sencillez y el cariño, podían hacerle a nuestra Madre.

Al atardecer (hora española), todos nos unimos a la Vigilia de oración preparado por un grupo de laicos y religiosas de España. En la oración, que comenzaba con las palabras de M. General a todas las personas del Instituto y sensibles al carisma calasancio, fuimos presentando a María a los distintos miembros de nuestra congregación: religiosas, laicos, comunidades educativas y, por supuesto, niños y jóvenes. Concluyó la celebración de la mejor manera: con la oración de los niños pequeños, el tesoro más valioso del Instituto y los preferidos de Dios, para terminar rezando juntos la consagración a la Divina Pastora.

Finalmente, desde el Sector Argentina. Chile. Uruguay, que inició la novena, nos lanzaban un nuevo reto para este mes de mayo: reservar un tiempo al día para rezar el rosario y, des este modo, levantar la mirada a María. ¿Aceptas la propuesta?