El logotipo está centrado en una figura femenina joven que abre los brazos frente al horizonte. La imagen pretende evocar conceptos como la libertad de quien afronta el futuro con decisión. No es una mirada puesta al frente, sino que, apreciando su rostro, nos damos cuenta de que su mirada se dirige a lo alto, al cielo, en un guiño para interpretar que solo desde ÉL, que está en el cielo, tiene todo sentido. El conjunto remite así mismo a la esperanza y evoca el sueño de las calasancias de seguir con firme decisión, y poniendo en manos del Padre -fiándose-, su futuro. Echando un vistazo a la historia, así ha sido y quiere seguir siéndolo.
La pestaña, a modo de luna, refuerza la idea de horizonte, su posición dota de dinamismo al conjunto, fija la figura central, dotándola de mayor coherencia compositiva y facilita la incorporación tipográfica del lema.
La tipografía, redonda y compacta, complementa la imagen y la explicita, así como la elección de colores corporativos.
La idea de la renovación, de pararse para coger impulso, de actualizar juntos el carisma son conceptos que subyacen en la propuesta del logotipo a través de esta mujer que, decidida, abre sus brazos al futuro, al horizonte, con la decisión de quien sabe también en quien se está fiando.