Hoy, 12 de enero, celebramos la vida de una mujer sencilla, la beata Victoria Valverde, que supo hacer suyos los sentimientos del Señor Jesucristo. Una mujer que, como discípula del único Maestro, entregó la vida por sus hermanas.
Al celebrar hoy su fiesta agradecemos a Dios el don de su vida derramada; damos gracias porque ella, como Religiosa Calasancia, supo vivir en plenitud el carisma calasancio de Hijas de la Divina Pastora, que nos hace disponibles a entregar la vida cada día y hasta el extremo.
Nos encomendamos a su intercesión y pedimos a la Beata Victoria Valverde que nos enseñe a ser hombres y mujeres al cuidado de la vida de los más pequeños y necesitados.